lunes, 8 de marzo de 2010

Mujer con discapacidad

Ahora que estamos apurando las últimas horas de este día Internacional de la Mujer Trabajadora, en el que ha sido incansable la felicitación y la notoriedad con la que las mujeres de mi entorno han vivido este día, me toca poner de manifiesto la dificultad que supone ser como somos y además mujeres.

Hace unas horas hablaba con una amiga con una mínima discapacidad, con guantes no se le nota. Núnca ha ido a un colegio "especial", ni ha necesitado una medicina determinada, ni unas ayudas técnicas determinadas para desarrollarse, ni la han tratado con "especial" deferencia en su barrio o en su escuela o en su casa; sí, con otros 6 hermanos, como para tratarla como "especial", no tenían otra cosa en la que pensar sus padres.

Cuando la conocí, yo ya tenía discapacidad, pero no la conocí en este "ámbiente" si no en el llamado entorno normalizado. 

Había un chico al que yo, a pesar de tener una gran discapacidad y él ser un deportista federado, un trabajador especializado y muy reconocido, con solvencia económica y muchos entornos normalizados en los que desarrollarse, le gustaba mucho. Pero mucho, muchooooooo.

Este chico tenía muchos amigos, y muy buenos, y unos cuantos de ellos eran cuñados o hermanos de la que hoy es mi amiga. Cuando digo que eran muy buenos amigos, me refiero a que despues de jugar un partido de futbol un domingo a la mañana temprano (despues de un sábado de fiesta) cargaban mi silla conmigo a cuestas escaleras abajo (unas 40 escaleras hiperempinadas) para invitarme a comer al txoko y volvían a subirme (despues de la panzada a comer y beber) tan solo por intentar que yo le dijera, sí, a su amigo.

Al final me convencieron, con tanta persistencia y Ramón Bilbao, a ver quien dice que no.

Han pasado casi 7 años y hoy cuando compartíamos nuestras experiencias en relación con el maravilloso servicio de reproducción humana del hospital de Cruces nos encontrabamos con que aún hay mujeres que no nos ven como mujeres.

El tener una discapacidad, en ciertos entornos, te convierte en una medio persona y si eres mujer, aun más.

Una mujer con discapacidad es automáticamente excluida de una solicitud de adopción en paises como China y Rumanía. Y aquí, en nuestro entorno, todo son preguntas inquisitorias sobre nuestra capacidad para poder cuidar a otro ser humano. Si necesitas ayuda para ponerte tu propia medicación (por que los envases no son adaptados) cómo vas a poder cuidar de un bebe. Si tienes una lesión de médula como quieres tener un embarazo si tu columna puede quedar aun más dañada y necesitar permanentemente una silla y convertirte de este modo en un ser dependiente. Si tú marido se pone enfermo a media noche como vas a ayudarlo...

PUES LLAMANDO A UNA AMBULANCIA!!!!!!!!!!!!!!!!!! COMO TODO EL MUNDO

Esto no se pone en duda en el caso de un hombre con discapacidad; ahí estará la mujer para cuidar de él y de su prole.

Hemos avanzado mucho en la igualdad entre hombres y mujeres, pero aun estamos lejos de conseguir que las mujeres con discapacidad tengan la misma consideración que una sin discapacidad.

Como es eso de que si tienes derecho a una pensión no contributiva y decides casarte, te la quitan!!!!!!!!!!! ya tienes quien te dé de comer, no??? ahora que él se encarge de tí que menuda suerte has tenido y que tipo más majo y más bueno tiene que ser.

Espero que a mis amigas no les importen las alusiones, por qué va por ellas.

VALIENTES MUJERES CON DISCAPACIDAD, aunque algunas aún no tengan el certificado en al mano.