lunes, 18 de febrero de 2013

Hace 9 años al poco de sufrir la lesión y estando en Madrid a la espera de tratamiento, mi abuela fue a visitarme para cerciorarse de que esta bien y no la estaban engañando. 

Yo tenía mucha depresión y lloraba por que cambiera el aire de dirección, y ella trató de consolarme.  
Tenía la tradición de pagarle el vestido de novia a las nietas y un electrodoméstico a los nietos (ahí salimos ganando nosotras) cuando se casaban. Yo lloraba por el dinero que se estaban gastando mis padres en mis tratamientos y lo que costaba la silla de ruedas.

Ella me puso la mano sobre la pierna izquierda (la que no "funciona") y me dijo: "Hija, tú tranquila, que como ya no te vas a casar, con el dinero del vestido de novia, la silla de ruedas te la compro yo".

Pero es que mi abuela tiene 94 años, no sabe leer ni escribir y núnca ha trabajado de cara al público y menos en un servicio sanitario.

En ella esto tiene toda la comprensión del mundo. Otros comentarios NO!!!!!

Ah! cuando me casé, me volvió a pagar el vestido de novia y vino desde Extremadura a Bilbao (1.200 kms) para estar conmigo por unas horas.

1 comentario:

Unknown dijo...

Bueno realmente mi abuela los que haga serán 96!!!!