lunes, 18 de febrero de 2013

Yo tenía un amigo en Ceclavín que se llamaba Juan.

Juan era una persona afable, habladora, simpática y tenía discapacidad. Había nacido con ella por lo que en nuestra "pequeña" villa, que hoy tienen 2.500 habitantes, nadie le miraba raro.

Un verano de estos largos que mis padres me dejaban irme a finales de junio y volver con septiembre ya muy avanzado estrechamos nuestros lazos de amistad y aprendí muchas cosas de él que me ayudan a sobrellevar muchas veces el día a día.

Juan iba en un "motocarro" azul con una plataforma trasera en la que siempre iba gente sentada. He llegado a contar a 5 personas además de a él. Siempre estaba rodeado de amig@s

Juan estudió a distancia y tenía una "pagita".

Se compró un coche que adaptó con un gran esfuerzo económico pero núnca le permitieron sacarse el carnet de conducir, aunque el hubiera corrido con los gastos de instalar la pedalera extra para el profesor de la autoescuela, pues su gran ilusión era conducir su preciso XR3 descapotable rojo.

Por lo menos, lo podía conducir fuera de las carreteras por lo que nos ibamos a la dehesa con el coche y disfrutaba.


Yo, que era una adolescente ilusionada con la vida, soñaba cuando volvía de Cáceres con, un día tener un XR3 descapotable como el Juan. Y años más tarde mi padre intentó consolarme con este sueño, mientras recogiamos la meriva X1 de la ortopedia (roja por supuesto).

Él núnca pudo ver cumplido su sueño de conducir su coche legalmente y desde ayer no dejo de pensar lo ilusionado que estaría si escuchara la historia de David, que por fin ya tiene su coche.

Me lo traería a mi casa un par de meses para que pudiera sacarse el carnet con Jose Mari, como hice yo.

Y de paso que me dejar dar una vuelta con el XR3.

Espero que dónde esté, pueda conducir. Un abrazo Juan.

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